—¿Has visto qué
ha hecho?
—¿Quién?
—Un insulto. Un
desprecio hacia todo y hacia todos. Inadmisible.
—Quieres decir
que…
—Claro, ¿no lo
has visto? Ante todo el mundo.
—Cuando…
—Sí, cuando yo
estaba hablando. Un insulto hacia los presentes.
—¿Por qué
insulto?
—¿No te parece
una desconsideración inadmisible que estuviera leyendo el periódico cuando yo
hablaba?
—¿Quién, él?
—Claro. ¿Quién va
a ser? Pareces tonta. ¡Él!
—Pero no era el
único. También lo leía Mario. Y Julio Villacañas.
—Imposible. ¡Solo
lo estaba leyendo él!
—Pues yo los he
visto a los tres.
—Los otros lo
ojearían. Él nos insultaba leyéndolo.