De todos tus meses, luna, acaso al que más quieras sea al que menos caso hacemos. El poco agraciado, el peor vestido. El que estorba: en las calles ya están colgando los racimos de luces navideñas. El mes que parece una rancia sala de espera. Y no sé por qué, luna, sospecho que este es tu mes predilecto, acaso con el que más disfruta tu frío corazón de luz desvaída. O al menos, el único mes por el que haces esto, asomarte a la ventana de mi estudio para que cada año te fotografíe, solo a ti, luna de noviembre.