Zoran Music. Ciudad, 1988. Óleo sobre tela
Desde la ventanilla de un avión las ciudades —también las grandes metrópolis— poseen un tamaño que sorprende por su reducida dimensión: es posible dibujar su contorno. En el vuelo nocturno, un brasero de luces que cintilan sobre la oscuridad muestra una imagen que evoca los mapas escolares. La palabra «ciudad» nombra esta luminiscencia y también la sucesión de muros y fachadas que encuadra la ventanilla de un autobús que transita. Un autocar en la ruta nocturna —visto desde el margen de la carretera— es como una ciudad contemplada desde el avión: un trazado fugaz de luces minúsculas que amontona vacío.