JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO / LIBROS / ESCRITURAS

viernes, 13 de junio de 2025

Los mensajes callados, cuatro



Si tuviera que dibujarlo, como cuando se es niño y lo pensado se expresa con monigotes y rayas, retrataría un viejo escriba, sentado a una mesa de madera recia, frente a un cartapacio antiguo y con los dedos impregnados de tinta. Así mostraría la idea de tiempo. Su pasar es tan legible como la caligrafía. Nada transcurre sin un signo. Traza rugosidades y estrías sobre la piel de los cuerpos. Sombras en los objetos. Incluso hendiduras en las piedras. Nada escapa a su escritura física, constante, delatora. Enfrente se le opone un término imposible de leer. Impenetrable. Hueco. Lo eterno.