sábado, 21 de septiembre de 2019

Práctica del espejo VI



Mercurio que tiembla, la noche, si enciendo la lamparilla y el cuarto se contempla a sí mismo a través del cristal de la ventana. Sin exterior. Y así, verte ocurre cuando te miro y cuando dejo de mirarte. No sé por qué el sueño lo desbarata. Un aliado de la mañana no sería tan fiel. Ni siquiera frente a cualquier espejo. No los necesita el instante. Basta con que estire el brazo en lo oscuro y dé con el cable, lo siga hasta el interruptor y prende una llamita en el silencio. Para que me vea a mí, así, contigo.