domingo, 3 de agosto de 2014

«La grande vie», de Christian Bobin



Escritas con letras de arena sobre una traviesa ferroviaria, las cartas de Christian Bobin son el tren que circula por esa vía. Idéntico al viento que cuela la ventana abierta y baila una música silenciosa con la cortina que, enloquecida, salta sobre el escritorio. Las cuartillas, también, que así empujadas su vuelo desordena sobre los muebles y el entarimado. Lo que desaparece sin exigir comprensión, resultados, prosa. Lo que cura aquello que ha de curar la herida. La vida verdadera. Recibo una carta de Christian Bobin. No trata sobre nada, un poema no es más que un cuenco con agua.