Me gusta mi oficio. Soy distribuidor de peladillas. También tengo caramelos, bombones y golosinas. Todos en forma de oraciones. Frases que endulzan. Que suavizan los endiablados engranajes del tiempo. Que atemperan el desangelado aire que circula en los espacios vacíos. Reparto confites, chocolatinas, hojaldres. Los envuelvo en sonidos de vocablos gustosos, los unto con la sabrosa mantequilla de los recuerdos. No sabría hacer otra cosa en esta vida. Me siento en mi esquina predilecta, entre la plaza y la avenida, y espero a que vuelen mis palabras y el viento las acerque al lugar exacto donde alguien contempla el cielo.