Ayer, en la cripta de La Central del Raval alumbramos Hildur. Oficia sobre la memoria Mauricio Wiesenthal, proustianamente. Toni Montesinos, impaciente por condición, habla «bien e tan mesurado» de la paciencia. La literatura órfica estrena su novela sobre Eurídice. No sé por qué el regreso de Orfeo a las tinieblas uno se lo imagina camino de los cielos. Acaso porque el infierno esté siempre en la orilla de aquí. Hildur/Eurídice emprende el aciago viaje a la vida en busca del busto de sal de su amado. Aunque la sal le entre por los ojos, por la boca, por el alma.